Francisco David Vanhorn nació en Almirante, provincia de Bocas del Toro el 29 de enero de 1951. Sus padres fueron Rubén Augusto Vanhorn y Rubina Ilsida Whyte de Vanhorn, ya fallecidos.
Fue el quinto de once hijos, vivió su infancia en Finca cuatro de Changuinola con sus padres, y a la edad de ocho años hasta adulto, vivió con sus tíos Hubert y Inés Vanhorn donde curso su primaria y secundaria, en la cual estudió y graduó de Mecánico Automotriz en el Colegio Fe y Alegría en El Silencio, Changuinola, Provincia de Bocas del Toro.
Durante su estadía con sus tíos, asistió frecuentemente a la Iglesia Metodista con sus primos que cariñosamente eran considerados como hermanos. Juntos recibían clases en la escuela dominical.
Años después se trasladó a Panamá donde trabajo en la zona del Canal por muchos años, luego como mecánico y también como supervisor de las máquinas de monedas en diferentes establecimientos en Panamá y Colon.
En esos años, conoció a su amada esposa, Maritza Ambulo, y contrajo matrimonio en el año 1986. Como persona, se caracterizó por ser emprendedor y responsable, tanto con su familia como con su trabajo.
Franco, como cariñosamente lo llamaba la familia y amigos, era abierto, atento, amable, muy cariñoso y siempre dispuesto a ayudar en donde podía.
Le sobrevive su esposa Maritza Ambulo de Vanhorn, sus hermanos: Saturnina, Judith, Leroy, Sandra, Petrona, Ronaldo, Marva, Xiomara y Roberto. Sus hijos: Joana, Yazmina, Katiuska, Keyla, y Michael. Catorce nietos, dos bisnietos y un sin número de sobrinos, primos, yernos, cunados, su amigo fiel Marvin Johnson y un multitud de amigos.
Francisco entrego su vida al Señor y fue a morar con El, el día 4 de junio del 2024.

“SERAS RECORDADO CON CARIÑO
Y MUCHO AMOR HASTA EL
MOMENTO EN QUE NOS
VOLVEREMOS A VER”

AGRADECIMIENTO
La familia doliente de quien en vida fue Francisco David Vanhorn, desea expresar su sincero agradecimiento por sus oraciones y palabras de consuelo en estos momentos de gran perdida. Apreciamos inmensamente su preocupación y estamos confortados con su presencia.
Nos sentimos bendecidos y agradecidos a Dios por el tiempo en que Francisco estuvo con nosotros. Será recordado por siempre.

DIOS LES BENDIGA