El pasado 23 de enero a sus 55 años falleció nuestro querido Feliciano (Polo) De León, un hijo, hermano, padre y abuelo que siempre destaco por querer tener a los suyos juntos pese a la distancias y los contratiempos existente, no pudo ganarle la batalla a esta virus (covid-19), pero nos ha dejado el legado de la lucha , no olvidaremos que era un ser como todos nosotros con defectos pero también con virtudes, amigable un amigo incondicional para muchos, el menor de los hijos varones de una madre que lo acogía siempre con la ternura que solo una madre puede dar.
El terco, el risueño el bullero, pero mostrándose atento y trasparente siempre a su forma, se le podía encontrar en casa visitando a su madre muy a menudo, hoy le sobreviven, su madre, hijos, hermanos, sobrinos y nietos que no olvidaran ese legado de unidad y trabajo.
Hoy estamos tristes por su partida, pero celebraremos su vida, reconoceremos sus logros, daremos gracias a Dios por permitirle fuera parte de nosotros. Rogamos a Dios lo tenga presente en el libro de la vida.
¡Señor, tu eres mi Dios! Te exaltaré, alabare tu nombre; porque has hecho maravillas, cumples tus planes eternos con perfecta fidelidad.
Hasta Luego, Tigre!
Partiste por delante mi amigo y compañero de mil batallas.
Este no es un adiós, sólo es un hasta luego Willy.
Que Dios te tenga en la gloria. Descanza en paz.
Que Dios te tenga en la gloria. Descanza en paz.
Estimada familia les acompaño en su dolor. En estos momentos de angustia busquen apoyo en Jehova. Salmos 34:18 dice que Él está con quienes tienen el corazón destrozado.
Nuestro Dios nos ha prometido despertar a nuestros seres queridos que hoy descansan en el sueño eterno (Hechos 24:15).
Nos ha prometido terminar con nuestro dolor y la muerte (Apocalipsis 21:4).
Tengan la esperanza de que así será. Mientras ese día llega, sigan buscando apoyo en Jehova.
Reciban mi abrazo fraterno desde Chile.