Hablar de la muerte elimina nuestra ansiedad hacia ella

por | Oct 12, 2020 | Blog

Si la vida y la muerte son vistas como eventos sin relación, distanciados, donde una marca el fin de la otra; son muchas las angustias que estas ideas pueden causarnos, alimentando un miedo a la muerte que puede llegar a ser visceral e irracional.

Así que, si comenzamos a acercarnos a ambas, a la vida y a la muerte, hablamos de ellas y buscamos el sentido de cada una, desde lo más simple, bajaremos la ansiedad que puede causarnos el miedo a la muerte y podremos vivir mejor y disfrutar la vida que tenemos.

Hablar de la muerte puede ayudarnos a considerarla como algo tan normal como la vida misma, en lugar de evitarla como algo que da miedo y genera ansiedad.

Cómo percibimos la muerte

Es un hecho inevitable, incontrolable y de carácter desconocido, porque no hay ninguna certeza de lo que ocurre después de ella. Desde un punto de visto biológico, la muerte es algo natural, que se produce por el desgaste progresivo del cuerpo.

Esta produce en la sociedad diferentes miedos y temores, desde los relacionados con el más allá, el juicio divino o dejar a los seres queridos. El miedo a la muerte varía de intensidad, y es posible que cierto nivel de miedo sea normal y ayude a la supervivencia de la especie.

Es decir, que el miedo a la muerte puede ser un modo de proteger la vida, lo que es mejor conocido como instinto de supervivencia. Mientras que un miedo excesivo puede ser patológico, si se convierte en obsesivo o demasiado intenso, pues produce altos niveles de estrés y ansiedad.

Ansiedad ante la muerte

La ansiedad es una respuesta automática del cuerpo que se desencadena ante situaciones de amenaza o peligro físico o psíquico. En nuestra cultura, es una de las respuestas más frecuentes del cuerpo ante la muerte, ya sea la propia o la de otras personas.

La ansiedad ante la muerte puede originarse de solo pensarlo, imaginarlo o hablarlo y normalmente está ligada a la historia personal y cultural del individuo.

Eliminar nuestra ansiedad al hablar de la muerte

En la cultura occidental se evita hablar de la muerte, usualmente, porque se considera un tema tabú, doloroso y difícil para muchas personas. También, porque se tiene miedo a lo desconocido, a la agonía, al dolor y al sufrimiento, con los que muchos asocian a la muerte. Esto genera actos de negación, tanto individuales como colectivos, trayendo como consecuencia la evasión de conversaciones sobre este tema.

Las personas que más se acercan a ella son los adultos mayores, porque muchos de sus relacionados ya han muerto. Entonces, se cree que no se puede hablar de vejez, sin hablar de la muerte, como una alusión inevitable. Quizás porque para los ancianos, es una realidad próxima, por el tiempo vivido y el deterioro continuo del cuerpo.

Al hablar de la muerte es inevitable mencionar los miedos que se tienen hacia ella y que se reflejan en negación, silencio o evasión del tema. Según Séneca, “El que no sepa morir bien, vivirá malamente”. En otras palabras, para morir bien, hay que haber disfrutado de la vida y todo lo que nos ofrece diariamente.

El propósito es no verla como algo aterrador, sino como parte integral de la vida, pues ello influye en como elegimos vivir. Pensar en la muerte como algo normal, permite que se pueda conversar sobre ella, lo que es fundamental para nuestro bienestar.

Su normalización contribuye a reducir la ansiedad que puede producir. Hablar de la muerte puede ayudar a priorizar lo que hacemos, con quienes pasamos el tiempo, distinguir lo que es relevante y lo que nos puede estresar.

Reconocer que la vida es finita puede ser liberador y darle un sentido más profundo a la existencia, preparándonos mejor para ayudarnos a nosotros mismos y a otros.

Hablar de la muerte como algo normal elimina nuestra ansiedad hacia ella, al saber más sobre ella, lo que sentimos y lo que esperamos que ocurra cuando llegue el momento.

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